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sábado, 15 de septiembre de 2007

Tonterías de narices

http://farm1.static.flickr.com/199/486462070_81e671e7ec.jpg

Foto aquí

Tengo un apéndice nasal, oséase nariz, de considerable tamaño. Por milímetros no se podría parafrasear a Quevedo para definime: "Érase una mujer a una nariz pegada". Que me conste, no hay estudios científicos que corroboren la idea que parecen tener los fabricantes de pañuelos para el moco: la de que las narices masculinas poseen dimensiones mayores que los apéndices nasales de rostro femenil. Que no, señores, que los pañuelos moqueros deberían tener tallaje en función de las magnitud física de tan útil apéndice, que no hablamos de pantalones (aquí sí, aquí tiene su lógica que las tallas varíen según se trate de cuerpos femeninos o varoniles, que las hechuras no son las mismas, la mami Naturaleza no nos hizo FÍSICAMENTE iguales) Pero no, que mi nariz es un navío de proa prominente, pues da igual, si yo compro "pañuelos de señora" se me quedan chicos (talla única); que me decido por "los de caballero", pues puede que me vengan grandes... Si es que es lo de siempre, los fabricantes de textil por un lado, la realidad por otro....
Al final todo se reduce a un problema tonto de narices....

Una ocurrencia de http://es.geocities.com/lamejorcosecha1965/entinexistplatn.jpg

9 comentarios:

ana dijo...

Agresivo: 'Si en mi cara
tuviese tal nariz, me la amputara'.
Amistoso: '¿Se baña en vuestro vaso
al beber, o un embudo usáis al caso?'
Descriptivo: '¿Es un cabo? ¿Una escollera?
Mas, ¿qué digo? ¡Si es una cordillera!'.
Curioso: '¿De qué os sirve ese accesorio?
¿De alacena, de caja o de escritorio?'
Burlón: 'Tanto a los pájaros amáis,
que en el rostro una alcándara les dais?'
Brutal: 'Podéis fumar sin que el vecino
- ¡Fuego en la chimenea! - grite?' Fino:
'Para colgar las capas y sombreros
esa percha muy útil ha de seros'
Solícito: 'Compradle una sombrilla:
el sol ardiente su color mancilla'.
Previsor: 'tal nariz es un exceso:
buscad a la cabeza contrapeso'.
Dramático: 'Evitad riñas y enojo:
si os llegara a sangrar, diera un Mar Rojo'.
Enfático: '¡Oh, Nariz!... ¡Qué vendaval
te podría resfriar? Sólo el mistral.
Pedantesco: 'Aristófanes no cita
más que un ser solo que con vos compita
en ostentar nariz de tanto vuelo:
el Hipocampelephantocamelo'.
Respetuoso: 'Señor, bésoos la mano:
digna es vuestra nariz de un soberano'.
Ingenuo: 'De qué hazaña o qué portento
en memoria, se alzó este monumento?'
Lisonjero: 'Nariz como la vuestra
es para un perfumista linda muestra'.
Lírico: '¿Es una concha? ¿Sois tritón?'
Rústico: ¿Eso es nariz o es un melón?'.
Militar: 'Si a un castillo se acomete,
aprontad la nariz: ¡terrible ariete!'.
Práctico: '¿La ponéis en lotería?
¡El premio gordo esta nariz sería!'
Y finalmente, a Píramo imitando:
'¡Malhadada nariz que, perturbando
el rostro de tu dueño la armonía,
te sonroja tu propia villanía!'

Seguro que no es pa tanto ;)

Raquel dijo...

Mi discretísima amiga, que tal diría el gran Lope si esto leyera, merecéis un puesto de honor entre eruditos y letrados, que bien os lo habéis ganado con esta excelente muestra de vuestro ingenio y de vuestro genuino sentido del humor, el menos común y más necesario de los sentidos. Si caballero fuera y no dama, ante vos me destocaría; pero nada hay que me impida aplaudir y exclamar "¡Chapeau!". Mi discretísima amiga, quedo vuestra admirada y rendida.

ana dijo...

Mi bella Roxana, no es mío el ingenio que me achacáis, sino más bien del mosquetero Cyrano. Suyas son las honras y como suyas se las devuelvo.
Besitos, linda.

P.D.: La foto es preciosísima.

Raquel dijo...

Mi discretísima amiga, no puedo sino ratificarme en lo dicho. Por más que la pluma de Rostand sea la artífice primigenia de las palabras,vuestros son los méritos de la erudición, pues las conocéis, y del ingenio, que de ingenioso ha de calificarse el uso que vos, mi amiga y preclara dama, habéis hecho de ellas, en contexto que más se prestaba a prosa fácil que a tal derroche del más excelente clasicismo. Vos, amiga, habéis traído a colación de la forma más ajustada las palabras que Rostand puso en boca de tan celebérrima nariz pegada a varón sensible digno de ser amado por sus prendas espirituales. Mi humilde persona no ha tenido más que la anacrónica ocasión de ver Cyrano en las versiones de aquél mágico invento que en el futuro ha de llamarse Séptimo Arte, y confieso haberme emocionado de manera más genuina con la interpretación de José Ferrer, sin desmerecer en absoluto la del otro caballero que dio vida al personaje, Gérard Depardieu.
Decidme, mi apreciadísima amiga, si vos también habéis disfrutado de esas obras, cuál de ellas os emocionó más.
Queda una vez más admirada y rendida a vuestra discreción y valía, vuestra amiga
Raquel

nancicomansi dijo...

Pues a mí me encantan las narices grandes en las chicas, de verdad...odio en todos los pies, manos e idem pequeños...son cursis e infantiles. Una gran nariz bien llevada puede ser estéticamente genial...( a ver, Audrey H. no la tenía pequeña, ni Mónica Vitti...et voilà!!!)

ana dijo...

Mi carísima amiga, gran merced me hacéis achacándome tales cualidades de las que confío llegar a hacerme merecedora.
Como vos, de la obra de maese Rostand sólo tengo parcial conocimiento a través de las sendas obras cinematográficas de las que habláis, y como vos, sentime más complacida y emocionada con la del gran facedor José Ferrer, por más íntima y sobria y más lejana de los artificios escénicos que la, aún así deliciosa, interpretada por monsenieur Depardieu.
A sus pies, bella dama.

Raquel dijo...

Hola, Nancicomansi, bienvenida. Yo creo que es más bien una cuestión de adecuación: que la nariz independientemente de su tamaño, sea la adecuada para el resto de las facciones... Monica Vitti es una de las mujeres más sexys que ha dado el cine, o al menos a mí me lo parece, :)

Mi carísima amiga, veo que vos, como yo, tenéis la referencia anacrónica y mágica del cine. Tal vez sea esa sobriedad que mencionáis lo que encandila y tal vez ese intimismo sea un enfoque más adecuado para el tema. Os confieso, no obstante, mi habitual predilección por el cine clásico, lo que me lleva a una cierta parcialidad en mis apreciaciones.
Brindemos, mi amiga, por el amor verdadero, por la verdadera belleza, por el adorable Cyrano, por Monsieur Rostand, por el cine y por la amistad. Levanto mi copa a la espera de que vos levantéis la vuestra.
Quedo vuestra afectísima.

Peggy dijo...

lo importante en una cara es la armonia ...en realidad a mi el genero masculino me gusta con una nariz que les de personalidad

Raquel dijo...

Totalmente de acuerdo, Peggy, una nariz que para una cara es perfecta puede ser una catástrofe estética en otro rostro. Veo que tenemos el mismo gusto en cuanto a narices masculinas, jajajaa. Siempre me han atraído los hombres con una buena nariz,

La noche nos atrapa

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Noche fascinante y fascinadora

Corren paralelos el intimismo y el sentimiento con el costumbrismo. Como eje y escenario de todo ello, la noche, fascinante y fascinadora. Un pueblo cualquiera de la España de los primeros noventa. La noche marca a los personajes de una historia en la que se recogen vivencias que muchos han sentido en su propia piel. Sentimientos exacerbados al abrigo de la noche que atrapa a los protagonistas y, espero, a los lectores.

Crítica de Ana Mª Moreno Fernández, escritora, autora de La princesa triste.

Nada más recibirle me puse a leer. Toda la noche en vela, me atrapó la noche, me atrapó su lectura. Novela costumbrista y fiel retrato de las chicas de aquellos finales de los 90, de educación casi retro. Novela de sentimientos, de sufrimiento, de ilusiones, de amores…. Novela de “noche”, noche fascinadora que nos atrapa. Novela completa, en una palabra: MARAVILLOSA.

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La princesa triste

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De miedos y traiciones: de amor y desamor

La historia de un a mujer que cree tenerlo todo hasta que cae en la cuenta de que ha sido traicionada y de que sus relaciones han fracasado. Se le revela con toda crudeza lo efímero de ciertos aspectos de la vida. A pesar de ese amargo trago de la traición, logra reencontrarse con amores perdidos y deshacerse de los miedos de toda una vida.

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La conocida narradora Charo Pita nos regala una excelente colección de cuentos que parecen susurrados desde muy cerca. Cuentos intensos, emocionantes y de una gran hondura, cuentos que, desde el momento que pasan por el ojo ya nunca se separan de nosotros. Cuentos íntimos, de una gran calidad literaria, que son un regalo para el corazón.

Cine, cine, cine

Más cine, por favor, que todo en la vida es cine, y los sueños cine son. (Luis Eduardo Aute)

Ellos

Mis mitos: no están todos los que son, sí son todos los que están.

Jorge (sí, es él, George)

Cary

Monty

Errol

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Rock

Sean

Clark

Greg

Burt (lo siento, Milindris)

Bogart (no era guapo ¿y qué?)

Brando (el bruto bello)