ALEGRÍA

Lo cierto es que este blog no nació para ser un diario, y, de hecho, en contadas ocasiones hablo de cosas personales, aunque alguna ocupe de vez en cuando algún post. Hoy voy a hacerlo: ayer recibí una llamada que me llenó de alegría. Tras una amistad de seis meses, mantenida con el intercambio de mensajes y de comentarios, por fin pude hablar personalmente con Mónica, la primera amiga que hice en Internet. Me hizo una ilusión enorme. Fue una conversación larga que se me hizo corta. Charlamos de una y mil cosas y fue como si nos conociéramos de toda la vida. Desde el momento mismo del saludo, ya me sentí cómoda, completamente a gusto, sólo nos faltó el café, ¿verdad, Mónica? Espero que algún día se presente la ocasión de charlar cara a cara, con ese cafelito delante acompañado de lo que se tercie.