¡Cagüenlaleche! Engánchese a Internet o algo
El señor Esteban (ver el artículo "Respuesta a un padre, de una madre") tiene dos hijos sanos y guapos, pero tiene un problema: quiere tener más. ¡¿CÓMOOO?! ¡Cagüenlaleche!, vaya ganas de buscarse problemas, como si el día a día no nos trajera ya bastantes. Mire, señor Esteban, para que usted disfrute un ratito de sus hijos y se enorgullezca de su paternidad y de su prole, su señora esposa va a estar jodida toda la vida, primero padeciendo los embarazos y sus secuelas (las tienen, jefe, las tienen); luego, alimentando bebés (la lactancia materna, por si no lo sabe, es bastante cansina. Yo la he practicado tres largos años, vamos, que sé lo que digo), aunque sea a biberón, quitando cacas, educando niños, llevándolos y trayéndolos a todas partes y multiplicándose hasta adquirir el don de la ubicuidad, sacando adelante todo el trabajo que dan, para el que no bastan las veinticuatro horas del día, y sin tiempo ni para peinarse. ¡Cagüenlaleche, señor Esteban! Engánchese usted a Internet o algo. Hágase socio de algún equipo de fútbol y no se pierda un partido, practique el ciclismo, que está de moda, váyase al bar a echar la partida, pero deje a su mujer tranquila, que con dos ya tiene bastante. ¡Hale! Recapacite, que diez o quince minutos de su gusto pueden ser la esclavitud vitalicia de su mujer, no la quiera tan mal, hombre.
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