Aquí y ahora más de lo mismo
" La administración se relaja y todos procuran aprovechar el tiempo que duran sus cargos fomentándose así la corrupción. Los grandes negocios se logran casi siempre a fuerza de concesiones, subsidios o monopolios. La obsesión en la corte es controlar por lo menos a los pretorianos y contentar al pueblo romano mediante espectáculos, fiestas y reparto de víveres. En ese marco, la plebe procura vivir al día lo más gratamente posible por el medio que sea. El dinero es el único objetivo de todos. La familia se ha degradado, las religiones y sectas se multiplican mientas las ceremonias de la religión de estado se contemplan como meras fiestas y ocasiones sociales. Nada se respeta: poco antes de salir Sútides de Roma una vestal, nada menos, de la ilustre familia Julia, se escapó con un limpiador de cloacas dálmata que había entrado en el templo a hacer unas reparaciones. "Bien es verdad- justifica el mimo riendo- que era un real mozo."
"- Todo está así- concluye-. La literatura y el arte por los suelos. La audacia en busca de novedades para impresionar se confunde con el talento maduro a fuerza de trabajo. Lo mismo las ciencias. Los romanos ya no son más que abogados y albañiles, haciendo puentes y calzadas para las legiones y termas y circos para los ciudadanos. Hasta el teatro se hunde: hoy los jóvenes se apasionan sólo por los cantautores, como ese Claudius que tenéis aquí ahora, aunque en su mayoría son mitad malos actores y mitad malos cantantes; defendiendo su impotencia artística con el estrépito de su percusión: tambores gigantes, carracas de dos codos, sistros de madera y cobre, címbalos acompañanado un trompeteo que marca un ritmo coreado histéricamente por la juventud a la cual no se ofrecen otros ejemplos ni ideales... Antaño un buen aulista, tocando solo en Epidauro, llenaba de más alta emoción a una multitud.
- ¿Y quién te ha dicho- ironiza Krito mientras Glauka recuerda a ese Yarko que la conmovió en el banquete de Ahram hace una semana- que hoy interese sentir emociones elevadas? Lo que se busca es quedar impresionado, sacudido. Ya no se aspira a la iluminación, sino al deslumbramiento. "
Este diálogo es de "La vieja sirena" (José Luis Sampedro), tiene lugar, ficticiamente, claro, porque se trata de una novela, entre los años 262 y 270, sin precisar. Pero cuando lo leía me parecía estar viendo ante mis ojos mi propia época. ¿A vosotros todo esto que dicen el mimo y Krito no os resulta familiar? Sólo hay que cambiar nombres y algunos pequeños detalles, por lo demás, a pesar de los milenios, todo sigue igual.
Una ocurrencia de 

4 comentarios:
Bueno, esto es novela pero tengo entendido que hay textos igual de antiguos que son parecidos, se "quejan" de lo mismo...
O sea que técnicamente se avanza, pero en lo fundamental, como que no...
Que pena.
Oyes tu libro ¿se puede comprar? lo digo por que mi se me hace penoso leer "idem" en ordenador y me gustaría hacerlo con él entre las manos...
Besazo!
Señorita...¿está bien?
Ahora sólo queda rezar para que la caida del imperio les pille a otras generaciones que estén por venir y no a nosotros...
Un abrazo!!
Aquí estoy, Nanci, con retraso pero bien, guapetona.
Pues la verdad es que avanzamos poco, por casualidad ha caído en mis manos otro texto sobre época antigua, esta vez romana, y... MÁS DE LO MISMO.
Se puede, Nanci, en Librosenred
Besote.
Holaaaa, guapetón, cuánto tiempo. Recemos pues, y si nos pilla a nosotros la caída, por lo menos que Dios nos coja confesaos, XDDDD Un besazo.
Publicar un comentario