Bendita ingenuidad la de mi adolescencia. Fiestas en casa (los papis nos daban carta blanca, confiaban tanto en nosotros que no aparecían por la bodega) Música, merienda, baile, risas.... Buena época, sí señor.
Sí, Peggy, nada que ver con los pre-adolescentes y adolescentes de hoy, :) Un beso. Se podía, David, se podía, una era muuuuu tooonta, jajaja Besos, majo Sett, travesuras, pero sólo eso, travesuras, jeje, besos. Monsieur Mister Tortlon, pues tiene usted toda la razón; creo que el truco es pausar primero una y luego otra, jeje. Besos. ¿De la adolescencia, Mari? ¿o tal vez de la fiesta? :) Besos.
Pues la verdad es que nunca la invitamos, tampoco la necesitábamos para nada, con tanta alegría natural y tanta capacidad para divertirnos, jeje. Sí que fue buena, Pilar, al menos mi adolescencia, algo nos quedará de aquello, :)
Corren paralelos el intimismo y el sentimiento con el costumbrismo. Como eje y escenario de todo ello, la noche, fascinante y fascinadora.
Un pueblo cualquiera de la España de los primeros noventa. La noche marca a los personajes de una historia en la que se recogen vivencias que muchos han sentido en su propia piel. Sentimientos exacerbados al abrigo de la noche que atrapa a los protagonistas y, espero, a los lectores.
Crítica de Ana Mª Moreno Fernández, escritora, autora de La princesa triste.
Nada más recibirle me puse a leer. Toda la noche en vela, me atrapó la noche, me atrapó su lectura. Novela costumbrista y fiel retrato de las chicas de aquellos finales de los 90, de educación casi retro. Novela de sentimientos, de sufrimiento, de ilusiones, de amores…. Novela de “noche”, noche fascinadora que nos atrapa. Novela completa, en una palabra: MARAVILLOSA.
La historia de un a mujer que cree tenerlo todo hasta que cae en la cuenta de que ha sido traicionada y de que sus relaciones han fracasado. Se le revela con toda crudeza lo efímero de ciertos aspectos de la vida. A pesar de ese amargo trago de la traición, logra reencontrarse con amores perdidos y deshacerse de los miedos de toda una vida.
La conocida narradora Charo Pita nos regala una excelente colección de cuentos que parecen susurrados desde muy cerca. Cuentos intensos, emocionantes y de una gran hondura, cuentos que, desde el momento que pasan por el ojo ya nunca se separan de nosotros. Cuentos íntimos, de una gran calidad literaria, que son un regalo para el corazón.
9 comentarios:
jaaa me recuerdan los primeros roces ..los calentones ...en fin que ingenuidad :)
carainas carainas...ya te digo.¿Y realmente se podia confiar ciegamente en ti?
jijijiji
Un beso,Raquel!!
uy esta Raquel....que peligro.
Si abriera la boca....a saber las travesuras de chavalilla que cuenta.
UN besazo
Pardiez, abro tu blog y me explotan en la cara (o mejor dicho, en los oidos) un par de melodias a la vez.¿Como se pude controlar esto?
mmmmmmmmmm
a mi no me saca nadie de allí
Sí, Peggy, nada que ver con los pre-adolescentes y adolescentes de hoy, :) Un beso.
Se podía, David, se podía, una era muuuuu tooonta, jajaja Besos, majo
Sett, travesuras, pero sólo eso, travesuras, jeje, besos.
Monsieur Mister Tortlon, pues tiene usted toda la razón; creo que el truco es pausar primero una y luego otra, jeje. Besos.
¿De la adolescencia, Mari? ¿o tal vez de la fiesta? :) Besos.
Y nadie habla de cuando invitabas a "María Juana"...? Venga, reconócelo ante tu público...
Que noooo, que ya sé que no.....
Divina esa época, la viví intensamente, ¿habré salido ya...jajaja? me encantó.
Pues la verdad es que nunca la invitamos, tampoco la necesitábamos para nada, con tanta alegría natural y tanta capacidad para divertirnos, jeje.
Sí que fue buena, Pilar, al menos mi adolescencia, algo nos quedará de aquello, :)
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